A veces me gusta saber que estas lejos y pensar que aun existes
Y no fuiste sueño.
A veces la realidad dista y solo Dios sabe;
Nosotros tan pequeños.
Resulta más sencillo creer.
Creer y escuchar tu voz;
El canto de tu voz en la calle, en los sueños.
Aun en esta lejanía tuya;
Sigues conmigo.
Niña lejana aun te llevo conmigo.
En la cálida voz de una canción;
¡Es el bien del prójimo antes que cualquier emoción!
Así lo clamas distante, fría y sin prisa.
Así amanece empañado congelado en la brisa;
Y tu prójimo humano, frágil y sin brillo;
Olvidar esa sonrisa;
No resulta tan sencillo.
Aun en esta lejanía tuya;
Sigues conmigo.
Eunice amarga y dulce;
Agridulce como higo
Quizás vuelva a quererte de lejos;
¡Qué importa si no estás conmigo!
Quizás estemos amargados y viejos.
Pero aun así se quieren los viejos amigos.
Quizás solo me gustaría saber que estas lejos;
Y creer que me llevas contigo.
Pero solo Dios sabe y no porque esté viejo;
Sino porque es, tal cual un amigo.