La guerra es mayor que ellos,
su patio una ciudad escondida
entre el toque de queda
y su verde camuflaje.
Buscando la pubertad
encuentran el sonido del miedo:
los eslóganes beligerantes /
los galopantes latidos /
destrizadas las ventanas /
tanto ruido, tanto ruido
de una ruidosa muerte
con su ensordecedor silencio.
Driblando odio y miedo
cada noche esperan
por el temporal de dinamitas /
por la banda sonora de sirenas /
por el corte que los oculte
jugando con su oscuridad.
Desde mi ventana, tras de mi cortina
veo sus risas iluminar mi calle,
sus susurros silenciar las sirenas,
escondidos tras de un árbol
su latido galopante significa amor,
contra su inocencia
la guerra ya no es tan grande.