Con una sola mirada el corazón me arrancó,
bastó sólo una vez y alma me robó,
esa tierna mirada a mi sentir hechizó,
pero a ella todo esto poco le importó.
Quise verme en sus ojos
y casi me costó la vida,
quise que su amor fuera mío
y dejó a mi corazón vacío.
Ojos claros, ojos claros, ojos claros,
como los recuerdo yo,
pupilas cristalinas llenas de maldición,
mirada tan profunda que hiere la ilusión.
Me parecieron sus ojos dos lindas gotas de agua,
queriendo jugar con ellos me destrozaron el alma,
y los ojos claros que malditos son,
por un par de ellos llora mi corazón.
Hoy ya no más su mirada quiero ver,
aunque sus ojos claros parezcan amanecer,
su belleza y transparencia falsas han de ser,
pues me causaron mucho daño los ojos de esa mujer.