Miguel Angel Ortigoza García

CAMPESINA Y CON HOYUELOS

 

Su tierra no es roja.


Es pardusca y regada con un sudor que no afloja.


Ella empuña el arado, el machete y del buey el picador.


Rompe la tierra, deja semillas y una ofrenda de candor.

 


 

Se planta junto a su hombre en el quehacer cotidiano,


Y brilla en sus ojos limpios la luz del sol meridiano.


Es valiente y hacendosa, es campesina y hermosa


En sus mejillas sublimes, a cada lado una rosa.

 


 

Mujer de manos callosas, agasaja mis deseos


Cuando transforma  mi cuerpo con caricia en su paseo.


Ella se anida en mi alma y yo en su tibio pecho


A veces reímos, lloramos, cantamos, vivimos el mismo lecho.

 


 

Todo comenzó una tarde de estío en su sonrisa


Y me mostró sus hoyuelos, manantiales sin prisa.


Confundido, turbado le dije ¿Puedo invitarte un helado?


Y era que pasaba un ángel entre dos enamorados.

 


 

Hasta hoy vivo prendado de aquella mujer campesina


De hoyuelos hermosos que a hacerme vivir se empecina.


Me trae flores cada día de su jardín mas preciado


Y yo le doy mi canto, mi verso y mi corazón extasiado.