Hoy tus ojos dispuestos han estado,
radiantes, transparentes, tan brillantes,
con el carmelita avellana alborotado,
iluminando la franca sonrisa
de pimienta
que emana de la boca sensual color de mustia,
llegando tal vez a lo enigmático,
ignorando el festín que se avecina,
donde el silencia de mi cuerpo
está sumiso,
por querer alcanzarte sin remilgos
y encontrar el flotante aire resoplando
entre nosotros
para amar la tristeza de mi esencia
en el mundo mullido de algodones
que soñé terciopelos
y diamantes…
y tan enigmático hoy sonríes
aunque interpreto el festín que otra ofrecerá.
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