Madrid…,mañana mal amanecida,
mediados de marzo,
somnolientos convoyes de paz
con venas rojas de sangre
chirrían en esa madrugada…;
mañana gris en que el sol no asoma;
almas colgadas del hilo del destino…
mochilas con la muerte en sus médulas…
infinitos segundos que se hacen eternos…
… Barbarie,
… horror,
… sordos estruendos,
ruidos en semifusa interminable…
miradas extraviadas
miradas a todas partes
y, al mismo tiempo, a ninguna parte…
Quiso el averno abrirse un hueco
para mostrarnos que somos capaces
de crear nosotros mismos y sin ayuda de nadie
el más apocalíptico de los infiernos…
Luz cegadora, humo irrespirable…
olor a muerte…
Y después, sólo silencios…
silencios obligados…,
extraños silencios
silencios llenándose a borbotones
de gritos…,
de dolores…,
de llantos…,
de aullidos aprendidos en aquella oscura noche
de los tiempos…
¿Es la mañana la que despierta
o quizás, es una pesadilla la que sueña
en esos raíles de muerte,
en esos raíles de vida
que hasta ese momento paralelos discurrían?
Ciento noventa y dos las vidas truncadas,
nacionalidades distintas, el mismo sueño a cuestas,
diferentes culturas, la misma sangre salada,
distintas edades, el mismo latiente corazón…;
ciento noventa y dos ilusiones asesinadas,
cuatro trenes que no alcanzan su destino:
enjambre de brazos, troncos, piernas, hierros,
vidas rotas, almas destrozadas,
cuerpos mutilados, lamentos en las bocas…
Sangre en ayuda de sangre…
Humanidad desbordada,
solidaridad en hospitales,
rabia en las miradas…
“De Madrid al cielo”,
sí, ¡es verdad!; pero con parada en el infierno.
en este once de marzo
de dos mil cuatro…un año obligado a existir…!
¡Despierta Madrid!
¡No permanezcas ensimismado!
Ya tienes otra vez mar
– ése por ti siempre anhelado-,
mas un mar de lágrimas y sangre
como en tiempos pasados
ya te tocara vivir
y al que pareces irremediablemente condenado...
¡Despierta Madrid!
¡Despierta compañero!
Que tu debilidad de hoy
sea tu fortaleza mañana
como en otros tiempos,
como en otras jornadas.
¡Despierta Madrid, por favor,
despierta, te lo ruego,
que mañana habrá otra mañana,
que mañana habrá otra madrugada
para seguir soñando en un mundo feliz
que hoy, once de marzo, se nos niega de raíz!