Aquí en mi bosque sagrado
de vivencias sólo mías,
yo me refugio en la noche
para refrescar mis días,
Renovando mis ideas,
componiendo poesías
de versos inacabados
y de evocaciones íntimas.
¡Qué bello que está mi bosque
en esta noche litúrgica!
donde el órgano del viento,
como canto a la alegría,
va rompiendo mi silencio
con sus suaves melodías.
¡Qué concierto tan fantástico
de ruidos y letanías
el que conforman los grillos
y las aves de rapiña!
En el silencio sonoro
de esta noche bella y mágica,
bajo el techo de mi bosque
yo recompongo mi vida.