A todos los pequeños huérfanos
"La soledad es el imperio de la conciencia"
Gustavo Adolfo Becker
Como un coro en composición aunado al viento,
en soledad de una ausencia desconocida,
son ojitos pequeños, lágrimas que peregrinan,
buscando entre árboles a vuestra compañía.
Manitas que juegan con barro porque es barato,
con palitos y piedras, el viento y el agua,
son hermanos de los elementos,
del sol hacen cobijo y de la luna su cuna.
Imaginando como es que debiera,
con la fe que los mantiene en espera,
ansiando un consejo, uno misericordioso
donde sus días con lágrimas se construyen en silencio.
Se esmeran, porque conocen de sus manos
el sudor de la frente en el día aprendido,
para solo en noches fantasearlo, sabiendo que estriba de ellos
dar siempre un paso adelante
Ángeles sin alas, perdidos en el refugio de su inocencia,
como manzana verde caída sobre asfalto,
sin miramientos, esperando ser acogida
con una palabra de aliento, imaginando una caricia.
Clavel Rojo © Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados