Resulta grato saberse querido,
duele reconocerse desagradable y cruel,
apena toda actuación egoísta
y también entre bastidores enseña
la tristeza de llorar ausente,
perdido por las sombras
como un lobo solitario y esquivo.
Más que menos
uno se acerca al oasis cuando lo busca,
uno, tienta a la paz
al ceder a esa voz beneplácita
la cual descalza le llama.
Más que menos
me enseño su poderío el amor;
y esto fue al mostrarse la virtud,
la habil salud
posible y cabida en unas entrañas.
Todo aquel que se atreve,
seguro acierta con las consecuencias
e igualmente erra;
y cuando erra,
aún con su pesar suele avanzar
y en el avance aprende.
La vida expone del libro un papel
y lo convierte en barco,
éste navega imparable hacia el horizonte,
en el cual, se hallan las flores del destino.
Y yo soy una parte del mar,
que pretendió acariciar
el norte de toda polaridad
porteando la luminosidad escondida
en un puñado de granitos de arena.
Navegad...volad principescas doncellas
sobre la virginidad,
que al amaros se rasga
abriendo puertas,
siendo ofrenda,
como conocimiento
de lo que se quiere (pellizcándonos),
de aquello que somos;
siendo semilla posada
en un futuro exento de edad.
Levanta! animo alicaído;
esta mañana te llama al saber,
que hoy dispondrás de alegría en tu día,
y posa la mayor esperanza de sus besos
en la dulzura de este aviso.
318-omu G.S.(bcn-2011)