Hace rato que una sonrisa no visita mis labios.
Mis dedos han perdido la memoria y no quieren saber de pieles nuevas.
Ahora, están acobardados.
Me va muy mal sin ella.
Parece mi futuro una noticia trágica repetida hasta el hartazgo.
No tengo ni la menor idea que hacer con este tiempo
que sobra en todos lados.
El cansancio no llega
y la letra no acude.
Está saliendo cara tanta ausencia.
Tenía ella, en esa boca, un revólver cargado de palabras.
Primero fué mi sol,
después vergüenza
y yo, ese suicida que la amaba.
No sé que hacer con tanto tiempo
si el tiempo sin amor no vale nada.