PIEL DE ALGAS
(20 de julio de 2009)
Tu recuerdo es azul como el mar,
pero tu mirada no me refleja
en su universo infinito de pasión.
Con el destellar del alba mis ojos se escapan,
caminan por el horizonte que agoniza,
el oleaje golpea con su bravura tempestuosa
sobre mi acantilada piel de algas,
tu respiración naufraga siempre antes de sentirla
en mi salobre desaliento de ausencias.
Eres tú la sal que endulza mi playa
y se cuelga de los racimos de caracolas
que penden de los acantilados a solas,
tu mar es tan real que parece fingido en mi soledad,
sin sus aromas marítimos como de tarjeta postal.
El atardecer se pasea por la arena desteñida de sol,
las olas castigan la playa, la dibujan y se van
así tu voz me permea y luego me da la espalda
y se diluye entre las naves del olvido.
Cada mañana, cuando se incendia el espacio
te descubro en cada verso que escribo
con olor a desierto,
pero al quedarme a solas , tu recuerdo
es como una noche de constelaciones
que brilla en la plenitud de mi cielo.