Si esos ojos verdes escucharan lo que grita mi corazón,
Sonreirían
Y caerían en mis tretas de amor,
Indefensos
Y pedirán que explicara la razón de mi encanto por ellos.
Imposible
Y me dirían sí, o no dirían no,
Demoliéndome
O me aceptarían la excusa de la tertulia, al calor de un café,
Aturdiéndome.
Pero de todas maneras, seguirán ahí,
Embrujándome
Verdes
Enloquecedoramente verdes.