Detrás del poder absoluto
Detrás de paredes de oro
El hombre cayó en el embrujo
Guardando falso decoro
Ideales errados de justicia
Al buscar un único concepto
Cegado por la funesta avaricia
Creyéndose un ser perfecto
Diplomático ante los superiores
Dictador para sus subordinados
Aquel que cree no tener errores
Y ante el poder, ha sido cegado
Quien mira por sobre el hombro
A todo el que pasa por su camino
Quien cree haber llegado al trono
Por designio del poder divino
Confundiendo el poder con la verdad
Las ideologías con las realidades
Creyéndose poseedor de la libertad
Cubierto por un manto de falsedades
Moralidad para guardad apariencias
Frialdad para alcanzar el objetivo
Convenciendo al vulgo con inteligencia
De que sin él, todo está perdido
Quien llora ante la tristeza de la gente
Pero ríe cuando da las espaldas
Pues en sus adentros le es indiferente
El sufrimiento de la raza humana
Quien delira ante cualquier consejo
Viendo en él, una falsa amenaza
Borrando el disímil, pensamiento
Manteniendo una mentalidad cerrada
El hombre que cree ser un dios
Y construye efigies en su nombre
Que muestran a un ser feroz
Que disfraza de oro, al cobre
Imponiendo la forma de vida
Buscando extender su imperio
Aquel que ve en la conquista
La manera de conservar su reino
El príncipe que pierde la conciencia
Ante la enfermedad que no tiene remedio
Que hace caer al líder en la demencia
Creyendo que el fin justifica los medios.
Andrés Ruiz H.