Comenzaré a escribir una poesía
ahora que mi corazón tiene motivo
Y si la tarde ingrata me desvía
de esta intención ardiente, de este brío,
será la noche oscura y celestina
la que narre este amor y su destino.
Escribiré unos versos pretensiosos
Anhelando a la dama de mis sueños
Y si la tarde ingrata en sus empeños
Prorrumpe sus cansancios onerosos,
Será la noche, plácida en su ceño
Quien me inspire unos versos amorosos.
Será la noche amante y cobertera,
Por si la tarde niega mis mociones,
La que dé cuenta límpida y certera
De un nuevo despertar de mis pasiones.