Soñé… soñé que me leías
y que miedo me dio,
si estas letras son solo mías
y de mi extraño corazón.
Soñé que te tenía
me mirabas y me lo decías
¡qué has visto mi secreto!
esconderme no era posible
y lo confesé…
pero que rara sensación,
escribir es cosa mía y de nadie más.
Lo hago por gusto o por disgusto,
lo hago por amor o decepción,
simplemente lo hago porque así soy yo.
Me atrapas en una trampa,
difícilmente podre escapar
y debo admitir…
que no me apetece el hablar,
tráeme algo de papel
y acompáñalo con un poco de tinta,
así será mejor el charlar.
Es de mi agrado decir
que gracias a ti aprendí a sentir.