La lluvia cae, y todo refresca,
incluso este recuerdo que me ahoga
y aquí esta, ahora comienza,
la fiebre sube, y todo calienta,
es tu piel, que me atormenta,
y parece nunca me dejara.
Atrapada en tu perfume, renegando de tu amor
escapando eternamente a la tortura del dolor,
exigiéndole al cielo que me de la libertad
para olvidarme de tus fuegos y lejos de ti volar.
Ya no quiero ver el cielo desde una jaula de cristal,
si tu amor me detiene, lo tengo que depurar,
yo te quiero, más no puedo, esperar que por azar
mi vida se resuelva por la mano de alguien más.