Deambulas temerosa de las redes
de quien pretende definirte
sin saber que sólo indefinida
existes,
mi olvidadiza mariposa:
clara como un rayo de luz,
simple como una gota de agua
te evaporas o te escurres
entre garabatos y borrones.
Cobíjate un momento
en la armonía de mi silencio,
no partas tan pronto
mi olvidadiza mariposa,
siguiendo tu camino
a las flores
de otras sarmentosas madreselvas,
dejándome una vez más
en el oscuro abrazo de la inspiración
aferrado a mi deseo de amar.