Adrede olvide el corazón
debajo de no sé qué olas
para que el mar con el tiempo
quebrara sus latidos
que eran como martillazos,
para que las algas oscuras
cubrieran su enrojada geografía,
su negro llanto.
Voy olvidando,
Ya olvide como era
y el acomodo que tenía en mi pecho,
no, en mi pecho no,
en alguna parte de mi enredada entidad,
ya ves,
ya olvide dónde me lo crearon antes de nacer,
y con qué esmero.
Porque debe ser terrible ir por las calles de la vida
perdiendo valor,
esperanza,
fe,
sentido,
forma,
color,
fragancia,
tacto,
dándole a todos de a poquito,
de a mucho
e ir quedando ciego,
cojo,
mudo,
manco,
desnudo,
sucio,
roto y débil…
todo esto al mismo tiempo.
No lo sé,
No sé si supe,
ya no lo sabré nunca más.