Languidece el verano
con su siesta tardía,
chicharras que aturden
y pájaros por doquier,
se aquietan las almas
y vuelan en racimos,
los buenos momentos
del estío...aquél.
El cielo nos regala
miríadas de estrellas,
un ballet titilando
de bichitos de luz,
sombras que se esconden
resquicios de luna,
y un rosal florido
que miraba...al sur.
El lagarto altivo
camino a su cueva,
pasa a mi lado
un poco sobrador,
de fondo se oyen
un coro de grillos,
y el colibrí aleteando
buscando...una flor.
La vida cambiante
que mueve los hilos,
y nos hace a veces
mirar para atrás,
veremos que vienen
los viejos fantasmas,
que me traen recuerdos
ya nada...está más.
El sol que calienta
el frío pasado,
y el viento me trae
soplos de ese ayer,
cuando con tus manos
tu me acariciabas,
y los dos abrazados
mirábamos...sin ver.
Así se van yendo
las noches tan tibias,
la lluvia se anuncia
lloverá tal vez,
yo sigo escribiendo
un tierno poema,
que diga te quiero
estés...donde estés.
Boris Gold