Siento un terrible dolor, en el pecho,
que no lo cura la ciencia en su adelanto,
ya me tiene todo desecho…,
es el corazón ¡que me duele tanto!...
Es que con tanto quebranto
arrancarlo del pecho quisiera,
pero no para que muriera:
solo, para que deje, de dolerme tanto.
¡Cómo la ciencia no puede su mal curar?
este dolor es de desamor;
por más, que en su adelanto intente, no podrá
la ciencia extraer este dolor.
No aliviará su dolor la medicina
por más que brinde lo mejor,
tiene clavado muy dentro una espina;
¡lo que necesita es amor!.
Solo la nena de ojos soñadores,
aliviará este terrible quebranto…,
con el destello de sus vivos resplandores
se secará, -cada lágrima de mi llanto-.
En el más pequeñito de sus besos,
acabaría todo este inmenso dolor…;
solo sus labios, hacen milagros como esos,
y mucho más…; si están lleno de amor.