FLORENTINO II.-

El Grito de la Conciencia

 

 

 

 

 

 

 

 

Y escuché el grito de la conciencia

 

que reclamaba

 

¡Ya estoy harta y cansada!!

 

hasta cuando deberé

 

soportar

 

el cuerpo que me toca llevar..

 

 

 

(voz del razonamiento)

 

 

Amiga Conciencia


siempre estás  observando el devenir de la Vida


del cuerpo que te fue otorgado.


Tratas de ayudar siempre, muchos no lo permiten


haciendo que su albedrío se denigre.


Pero allí en  ese lugar recóndito del alma


elevas plegarias para ayudar al alma


 que te acompaña y consideras

 

 como excesiva carga.

 

 

(Voz de Ser)

 

 

Se que siempre estás atenta


para que nada suceda sin tenerlo tu, en cuenta.


Conciencia amiga


sé lo que estás sufriendo


por mi caminar zigzagueante en la vida


al no caminar sólo en el sentido  recto.

 

El afán de la existencia me hace buscar

 

Sensaciones que desconozco

 

 

Y deseo saberlas.

 

 

 

(Voz de la conciencia.)

 

 

 

Yo solo pongo el conocimiento perfecto

 

Dejando que obres según

 

Tus deseos.

 

En asuntos del albedrío yo no intervengo

 

eso  lo aplicas según  tu propio criterio

 

porque tu eres el único agente

 

para salvación o tu perdición.

 

Lo que siembres es lo que

 

Cosecharás.

 

 

 

(voz del razonamiento)

 

 

 

Por mi parte hago lo mío,

 

razonando sobre lo correcto y lo que no es.

 

y embozo la enseñanza de la ley de causa y efecto.

 

para  que se actúe según

 

conocimiento y razonamiento.

 

Más, no puedo hacer.

 

 

 

(Voz de Ser)

 

 

 

Yo tengo la `potestad de obrar según mis deseos

 

Nadie me lo puede impedir,

 

La mayoría de edad ya la adquirí

 

Entiendo y comprendo

 

Las causas y los efectos

 

Tengo varios privilegios.

 

Puedo equivocarme,

 

corregir los errores

 

reparar los daños

 

arrepentirme

 

y entrar en la senda correcta

 

u obviarlos todos

 

y hacer lo que se me venga en gana.

 

Soy mi propio agente

 

y hago lo que me plazca.  

 

Y si se me antoja sembrar vientos

 

cosecharé tormentas ¡..

 

 

 

 

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Florentino Novoa Saavedra.