syglesias

LÁGRIMAS BLANCAS con el SABOR de tu BOCA

LÁGRIMAS BLANCAS con el SABOR de tu BOCA:

 


Que cayeron de mi rostro a tu rostro, rodando lentamente por todo tu cuerpo divinamente desnudo en una noche inolvidable, en que ambos mundos brillaban juntos por última vez, con luz propia de despedida por puro placer lejano no sentido como antes sinceramente en la piel y que fueron hechas a la medida de la ocasión y las posibilidades, acompañadas de tenues, por no decir de apagadas caricias, sin mostrar mayor emociones, para quienes la flor por vida morirá escrito por el destino con el despertar, quizás agonizantes aun abrazados, por recordar pequeños momentos extintos que fueros detalles de su gloriosa pasión, pero que se desvanecerán al amanecer, como fantasmas de su ayer, con el salir del Sol a la ventana, dejando aromas de profundo silencio, con su estela inequívoca de dolor para el corazón herido, reflejando por el alma la añoranza tardía por lo que pudo ser y nunca fue, para continuar amando sueños de verano, tomándonos las manos al pecho efusivamente, llenas de sensaciones buscadas…,

 

Por recordar nostálgicamente a esas dos personas amables, que besándose suavemente los labios, siempre se deseaban buenas noches antes de irse a dormir, no pensando jamás, robar ese beso preciso que haría temblar por dar, pero sin lograr recibir placer, por falta de la total entrega ansiada, que dándose poco a poco la espalda finge dormir, por no querer notar la presencia deseada, pero crujiendo internamente su propia herida, hasta que mane por sus ojos resecos, alguna lágrima encontrada del pasado, para poder sobrevivir en tinieblas, el abandono habido sin ninguna orientación, pretendiendo por ello, que calle tu querido nombre dentro de esta historia a los cuatro vientos, negando al nuevo mundo por venir, que un día nos amamos enteramente, como solo ama un hombre a una mujer hermosa, pero algo has de saber, que quien amó alguna vez, sin reglas y condiciones que cumplir en los brazos, también puede aprender por la soledad vivida en tu ausencia, sin esperar tu eterno regreso a decirte adiós con olvido parado frente a esa misma ventana del cuarto, viendo nuevamente los montes reverdecer.
--------------------------------------------------
Sergio Yglesias García
Caracas, 14/03/2011 06:15 PM.