Querría tener el doble de edad,
querría poseer tu alma entre mis brazos,
acariciar la brisa y tu pelo,
aguantar la risa con tu mirada,
sentir tu labios en mi cabello.
Sentir sintiendo el amor verdadero
amar sin amar como un adolescente,
amar amando el amor eterno,
rodar como dos jovenes candorosos,
bajo la llama del deseo.
Me gustaría reunir en nuestro supuesto idilio
no más que las virtudes de cada edad,
la disciplina y fuerza de la vieja experiencia,
el ardor de una piel juvenil,
la estabilidad de los cuarenta,
nada más que mil años a tu lado,
con eso ya podría vivir.
Como el aceite se desliza sobre el vaso,
lento y delicado placentero y paciente,
así me siento a tu lado,
o cuando en ti piensa mi mente.
El aliento me duele,
y la respiración se entrecorta,
la dificultad para exprresarme aparece
son síntomas de ti, el cuerpo no se equivoca.
Llevamos así cuatro años,
y sabemos que nos amamos,
que tontos somos.
Esperar para sufrir sin el calor de tus manos.
Sólo espero que la recompensa sea grande
aunque tratándose de tu persona,
nunca será suficiente, porque te quiero
demasiado, te quiero con mi cabeza demente.