Lidia

FÁBULA

En la entrada de una estación de tren

dos mendigos estaban apostados,

cada uno colgaba de su pecho un letrero

que decian, para que sus limosnas las pedian.

Uno decia, que la queria para comer

y asi poder su hambre saciar,

y el otro, solo pedía un abrazo

para su hambre de amor calmar.

Después de tener un largo rato,

al que pedía para comer,

una limosna a menudo le dejaban

y al ver que al otro no le daban nada

sintió curiosidad y le preguntó:

porque era que nadie, una limosna

al pasar nunca le daban.

El otro, con honda tristeza lo miró,

al ver que nadie fue capaz, de afecto

regalarle,  se le acercó mas y le dijo:

Es que tu pides, para comprar el pan

que sacia el hambre y yo pido,

la limosna de un abrazo para tratar

mi hambre de amor poderla mitigar.

 

Moraleja: El que llegue a leerme la

interprete a su manera.