El Hombre de la Rosa

El CASAL DE LA ROSA

Casal de la Rosa

viejo en tus recuerdos,

qué me dices

en tus noches anhelantes,

entre el velado manto

del silencio eterno

Y en la larga espera,

de noches murmurantes.

Serán hidalgos

los que hablarme quieren,

o será mi mente

que oírlos ansia,

que en sus largas noches

me estremecen,

iluminando mi prosa

en su porfía.

Fueron sus brazos

los que mi alma tocan,

en sus viejas piedras

de lucidez viva,

acompañándome,

con la llegada

de la aurora,

que remolona y lenta

hacía el día camina.

Crujen las tablas

en viejos salones,

suenan sus pasos

sin querer que suenen,

acariciando

mi piel y mis sentidos,

en voces y suspiros

que la noche tiene.

Espera silenciosa

y murmurante,

de pasos furtivos

la casona llena,

que las sombras

y el crujir me hacen,

que mi velar

y espíritu sosiegan.

Yo respeto las noches

del casal,

y vigilo sus sueños

y suspiros,

acompañando la noche

en mi velar,

que protejan

los sueños de los vivos.

Autor:

Críspulo Cortés Cortés

El Hombre de la Rosa

15 de marzo de 2011