Déjame contarte sobre ellos
Que dicen en el mundo no abundan
Son ellos, aquellos chicos buenos
De almas sinceras y rotundas
A quienes llamas caballeros
Los que no portan armadura
Los que nunca llegan primero
Aquellos que en memoria perduran
Son los que a tu corazón llegan
Pero al final atraviesan la meta
Porque ayudar a otros es su propela
Los que nunca te harán una treta
A los que su amor guardan dentro
Si es necesario para verte feliz
De los que la sinceridad es su epicentro
Brindando lo mejor en un bello cáliz
Siempre irán a tu lado cuidándote
Enseñándote que la vida es fría
Pero ellos están abrigándote
Y reconfortándote con alegría
Míralos bien, aprecian tu libertad
Y querrán que seas tú misma
Mira que perderán su oportunidad
Si no les avisas
Aquellos que aconsejan y guían
Pero sobretodo te escuchan atentos
Aquellos en los que te fías
Y no sólo tienen cabida en lamentos
Los que te hacen feliz cada vez
Los que alegran tus noches frías
Aquellos a los que les das un tal vez
Y por ello te esperan toda una vida
De los que no presumen, ni alardean
Que en locuras se envuelven
Y no les importa que los vean
De los que soñando, despiertos vuelan
De los que siempre serán “tu amigo”
Sin pasar el límite marcado
De los que serán siempre testigos
De tus sueños y alborada
De los que se ganan la confianza
Con pensamientos y actos
Los que sin permiso, no entran en tu alma
De los que creen en Dios y los astros
De los que escriben en el cielo tu nombre
Y te dibujan en un susurro al viento
Aquellos valerosos hombres
¡Los soñadores, libres y valientes!