Inventamos las historias
que nos hacen llorar.
Llenamos de melancolía la memoria
y con tristeza, sólo nos queda recordar.
Velamos y anhelamos.
Como niños caprichosos, lloriqueamos
porque no podemos amarnos
solamente soñar.
Anticipamos siempre el futuro.
Pensamos en lo que pasará mañana.
Olvidamos que nuestros recuerdos son como un muro;
olvidamos que realmente no existe mañana.
Nos engañamos al cerrar los ojos para ver.
Miramos lo que no existe
pero creemos que allí está.
Pero ver no es lo mismo que tocar,
no es lo mismo que sentir o palpar.
¡Ingrata imaginación!
¿Por qué nos haces sentir la sensación
de que nos miramos con amor,
que sentimos, el uno del otro, el calor?
Ahora estoy aquí:
Acompañado de la soledad.
Ahora que pienso en ti,
pienso en una historia inventar.