Girones de viento en la playa morena sin mar,
Guiones de lamento de ese director fracasado
Que no llegó a dos libretos, harto de no terminar.
Desde allá parpadeas y gritan tus ojos,
Desde acá la lucha es una pregunta:
¿Cómo? y ¿por qué?… Son dos…
Y pienso a ratos que son más.
Desde tu altar de humano incandescente
Se pintan las gárgolas de Francia los sueños.
Tu que con tu cabello le das sazón al guiso de la delicadeza,
No hace falta cerveza para alunizar en la luna…
Mas bien un sorbo de café yerto en la taza que usaste sin endulzar.
Mermaste los errores de los hombres con decir “hola”
Partiste el mundo en dos con un guiño
Te conformaste con el diamante que te di esa noche en el balcón,
Que no fue más que el claro de luna
vestida de blanco en la noche oscura.
Tu que ríes como flor de primavera,
como acierto en la verbena,
Le quitaste lo sobrio a lo insano,
dijiste adiós y no fue Chao,
Saludas con la mano, rigor y belleza,
Como ninfa de madrugada fugada de altamar…
Aprendiste a sumar con el ábaco de las estrellas.
Si con arte has de amar, con amor cobrara el sol
Cuando alumbre tu madrugada, cuando mueran los cometas.