meridiano: "A Pablo Neruda"
II
En crepuscular el vate pensó
dejar atrás su primitiva infancia
¡A la tierra, árbol, ave, le cantó!
¿Cómo no conmemorar aquel día
con chirimoya cenando en Hungría
sus letras con Asturias compartió?
Las huellas, marca que dejo en la arena
son sus versos diluidos en la nubes ,
como las aves que vuelan sin pena,
como el aire que dejan los querubes,
porque el escuchar poesía ajena
es sentir como cuando al cielo subes
y concibes que esa prosa desnuda
Es del GRANDE VATO, PABLO NERUDA
Dr. Rafael Mérida cruz-Lascano,
“Hombre de Maíz”
Guatemala C.A.