Noche de diversión y adrenalina,
Bailamos hasta que nuestros pies ya o dieron más.
Momentos de ritmos muy sensuales y apasionados,
Bajabas y subías por todo mi cuerpo con suaves caricias, sin ninguna malicia,
El merengue muy lento y el compás de nuestras piernas iban y venían,
Se entrelazaban y se acoplaban perfectamente las unas con las otras,
Luego una mirada por aquí y una mirada por allá,
Un beso en la mejilla esporádicamente, pero cada beso era dulce y sexi,
Todo tu cuerpo cubierto de sudor que excitaba y era agradable,
Yo te abrazaba y tú sin que te quedara nada por dentro, también lo hacías,
Con mucha ternura y a la vez con picardía.
Nuestros cuerpos rozaban cada vez más seguido, pero no obtuve el fruto de tus besos,
Y así pasaron dos o tres horas,
Nuestros cuerpos se dejaban guiar por los deseos,
Y mucho más aun, yo me dejaba guiar por la necesidad de sentirme deseada y querida,
Tan solo por unos pocos minutos.
Finalizó el baile y nos encaminamos de regreso a casa,
En el trayecto te detuviste,
Te acercaste a mí y me abrazaste,
Querías besarme,
Pero yo aunque quería,
No podía,
No te bese, y aunque insististe,
No lo permití aunque me moría de ganas por rozar tus labios con los míos,
Luego de que tanto insististe, te resignaste y continuaste el trayecto hasta mi hogar,
Y antes de dejar tu auto, nuevamente suplicaste mis besos,
Pero no me sometí a tus suplicas.
Hoy, cuento ya tres días desde aquella noche,
Para mí nunca antes vivida,
Y realmente no lamento mi actuación para aquel entonces,
Pero no sabes cono anhelo volverte a ver,
No solo lo deseo, sino realmente lo necesito,
Porque desde aquel entonces, ya no dejo de pensar en ti,
Tu imagen desde aquella noche se quedó impregnada en mi mente,
Y quien sabe cuándo,
Quién sabe dónde,
Quién sabe si pasara,
Pero en algún lugar,
Ésta mujer, a ti te encontrará.
Y.N.Lacrúz