***La Danta***
(La Pirámide Más Grande del Mundo)
Cae el manto de la noche
sobre la selva tropical,
fantasmas milenarios como
centinelas merodean la
gran pirámide disfrazada
de montaña…
El quetzal vuelve de su danza
y la observa desde su nido
en un árbol de hormigón
de donde sobre sale su pecho
pintado de color corazón…
Una constelación de estrellas
ilumina la espesura de la selva,
los grillos afinan sus violines
para darle serenata...
El sol se echa a dormir,
mientras la luna cuida
su sueño…
Mas la Danta sigue allí erguida
imponente disfrazada de montaña,
resguardando los secretos de
los hombres de maíz...
En el silencio de la noche solo
los grillos y algunos fantasmas
se escuchan mas de repente la
selva se alborota…
Son las entrañas
de la tierra desde donde claman
los hombres de maíz,
en un canto que se pierde en
el infinito y resuena en las montañas …
Son muertos vivientes con
los ojos abiertos,
son huesos calcinados que suben
como ofrenda de humo al cielo.
Honrando a sus dioses que debelaron
para ellos los secretos de las estrellas,
inspirados en sus dioses que les mostraron
¡Los secretos de los tiempo!
Ofrecen como holocausto
su propia sangre,
que es la savia que corre por
las venas de los hombres,
que surgen de las raíces de una Ceiba,
incrustada como un lucero verde
en la madre tierra….
Ellos mismos se ofrecen en sacrificio...
Mientras la chirimía y el tambor
llevan un canto a la tierra.
La Danta imponente sigue erguida
disfrazada de montaña…
Observando a los hombres fantasmas,
pintados con el azul del infinito,
con el azul Maya…
El jaguar ruje, ellos danzan,
hombres fantasmas jugando el juego
de pelota donde se ofrenda la vida...
Mas la Danta sigue silenciosa,
esperando congregar a los
hombres de maíz.
Hombres de maíz...
Pueblo poliglota dispersado
¡En la tierra del Quetzal!
Y hasta el último con fin
del planeta…
Esta tierra que llama a sus hijos
de quienes guarda sus ombligos,
cual si fueran memorias e historias
que solo conoce el infinito…
Pues su legado no es un
arbusto marchito,
ni la letra que muere en el
libro que cae víctima del tiempo.
El mundo espera ver cumplida
la profecía…
Sin saber que se ha equivocado,
pues con prisa ha interpretado
lo que solo preguntando
a la madre tierra les pudo
haber sido develado…
Pero la Danta sigue allí,
guardando los misterios,
que no se encuentran en
cementerios…
Si no en esa selva llena
de vida y misterios en la
espesura de ese verde
que es el reflejo de la vida…
Oxwell L’bu