Claire

AKEMI

Se despidieron
y en el adiós ya estaba
la bienvenida

Benedetti

 

 

 

 

Me pregunto por tus

Pies pequeñitos.

Por tus pasos fantasma,

Por tu cabello liso atado a la tierra,

Por tu voz de alondra.

 

Jardín de tulipanos.

Es un día de volteretas

por el mundo. T U  M U N D O.

 

Te veo sonreír, sigues respirando.

Mientras se abre la puerta del fin.

Sigues respirando.

Todavía  r e s p i r a n d o  cielos de tus años.

Tu cielo. Tus años.

 

No es la oscuridad a brillar

desesperadamente

sino tu poesía dibujada,

llena de paredes,

de almas ambiciosas

de silenciosas fiestas.

 

.. flores de cereza...  flores de cereza...

 

Almas sin sonidos.

Sonidos sin alma.

La nada. La nada.

 

 Imagino el desorden de tu cama

Luciente de un amor

Que te mató de esperas.

Que te agitó la calma.

 

Manos de té infinitos.

Moriste.

M o r i s t e.

 

Llueve.

La primavera  teje

epitafios eternos,

se cierra tu boca clavel

en el invierno del tiempo.

 

Y la lluvia juega con el viento

Y la lluvia sueña con el viento

Y la lluvia llora un llanto eterno.

 

Moriste.

 

Con tus ojos de secretos,

Con el corazón de golondrina.

Sin decir adiós, sin últimas miradas.

Sin nada. Sin peso.

En tu silencio grande, bajo el cielo.