RICARDO ALVAREZ

MUTUO AMOR . de p.grales 25

 

 

En mis pies negros, de sol teñidos, y

los dedos abiertos en falange de soldados,

con mis rodillas de nudo prominente

parto con marcha de anaconda gigante,

como escuadra romana guardiana de emperatriz,

hacia tus pies de marfil y madero de ébano,

tus rodillas de corolas y estatuas paralelas

decorando el delta de tus muslos en vértice.

 

Voy con la tenacidad imborrable de los colores perpetuos,

mis pelos de selva y eclipse en el pecho y

con un sexo diferente,

al contacto de tu tierna voracidad de koala hembra,

a tu entresenos de abra

con el rayo alzado reflejando tus montes de frutos colmados y

tu sexo distinto

Voy con mi voz más viril impostada,

a tus oídos pequeños

y mi mano diminuta y más tierna de carne,

a tu boca de vida y al beso mojando mis dedos

 

No hay enigma inaccesible, ni enemigo con quien no pueda

con mi alma atornillada a tu alma gemela y

la lanza filosa de tu amor

                                     ¡ Ah ¡

Que extenso y  agitable era el valle cuando caminaba solo, y

que calma e infatigable la cordillera escalada juntos.

 

Mi canto de paloma, vaso y piel de mariposa mia.

Suda si quieres en licor amarillo, que el viento veloz,

bailando entre la sangre

como rayo de ámbar, y

el latido de la tierra creciente después del maremoto

nos llevarán como tren bala por los rieles silenciosos,

a todas las habitaciones del mundo.

Aullando de alegría conjugada en verbo.

Estampando la paleta de acuarela en todas los muros,

con nuestro amor mutuo, de suero fecundado.