hernan jose

LA MIRADA DE UNA MUJER

Llegue de imprevisto

Cual remoto sentir acechaba

Pero ya predispuesto a encontrarte

Aun no esperándote aquella tarde,

Cuando el arrecife de una mar en calma

Sostenía tu belleza

En el cristal inicuo

De las cristalinas aguas de playa.

 

Y estabas allí,

No sé si mas altiva que la mar

Cuando el paisaje se opacó;

Por tu hermosura/

Y tu sonrisa fue un gemido

Que disipo el vuelo de las aves

Y todas volvieron a contemplarte/

Yo aun hipnotizado,

Siendo de tu mirada cautivo

No me hallaba,

En aquel instante.

 

Me sentía en dimensiones

De universos paralelos/

Y cuando regrese al momento,

Tus ojos, siempre querían mirarme;

Haciéndome de ti esclavo/

Como una adicción

De manera insaciable

Que fue difícil soportar

Siendo que mi cuerpo se quemaba/

En la agonía/

De algún día/

Poderte amar.