Te dejo mi salobre cubriendo tu camino
que sazona entonces tu silencio y tú andar,
si borracho me siento es culpa de este vino
que tú sirves a diario por no quererme amar.
A veces me pregunto ¿si te hice yo algún daño?
O quieres olvidarme para no verme más.
De todos modos ¡juro! Que no pasará el año
en que el ahora cambie…por un triste ¡jamás!
Ni muero por tu olvido aunque la ausencia invada
el recuerdo invariable de lo que aconteció;
en brazos de otro hombre te sentirás amada
aunque el pasado en vano no olvide lo que vio.
No quiero que me busques, ni quiero yo buscarte
porque estaremos solos como un viejo peldaño,
entonces sólo entonces, te haría mucho daño,
¡si te confesara!...que pude ya olvidarte.