Con gran valor para mi corazón
un día muy importante se perdió
el tesoro único
que hasta el momento bastó.
Darme cuenta de la causa
siempre terca del idealismo
culpa y porqués
no faltaron a mi ser solitario.
A sabiendas de lo que iba a pasar
nunca me decidí a terminar
con el dolor causado
por el terror a la soledad.
Caí en un precipicio
de infinitos aislamientos
castigo y tortura
tan solo por no atreverme a más.
Un año después mi
torpeza me llevó a enfrentar
una realidad injusta llena de peligros y males.
Ahora lo tengo en mis manos
sintiendo la llama que lleva dentro
el sabor y el sonido
aunque ya no esté conmigo.
Luz Adriana Vargas Fonseca
Luna AnRo.