Abrumado el cuerpo intenta algún descanso
y hacia el cielo la mirada embelesa,
en cada canturreo de loros y cotorras
tentando vuelta al nido, portando algún bocado
En acción repetida un día y otro pasa,
vacilando el cerebro, circunstancias y hechos
aletean en la espera, hambrientos los pichones
emula el hombre, y a despegar emprende
Trabaja y alimenta,
al hacerlo construye, fortalece el nido.
Mañana no será, mañana serán ellos
quienes transitar con avidez supieron.