Encantador de serpientes
Que ante suave luz no tiene sombra
Mientes forzando a creerte
Hablas corrigiendo el eco.
Entre engaño morboso
Se forja tu pensamiento
Y entre relicarios tu sonrisa
Pero ante la luz no tienes sombra
Y te resiente el saberlo.
Caída tu gracia te vez miserable
Aunque mis ojos no puedan verte
Y mi voz acariciarte
Sé que como serpiente
Al asecho de mi alma estas
Encantador de débiles y fuerte
Ante la luz tu cuerpo no da sombra.
Con el paso del tiempo
La miel de tus trampas
Se convierte en podredumbre
Que pobre eres en tierra de riquezas
El hambre carcomería tus entrañas
Si la felicidad fuese dos manzanas.
Encantador de serpientes
Ante la luz tú no das sombra
Aunque la comprares o la robaras
Tropezarías con hilos de caricias
Caricias envueltas en luz omnipotente.