Con violencia de estallido,
y con fuerza de huracanes;
con temblor de maremotos,
con abismos abisales;
con llamas de fuego eterno,
con erupción de volcanes;
con fulgor de mil estrellas,
y con lágrimas de sangre,
por cada noche perdida,
de tanto y tanto esperarte...
Con esta sed que me ahoga,
con esta fiebre en la carne,
con el fuego que me abrasa
el corazón cuando late;
cuando el dolor se convierte,
en la alegría de amarte;
cuando el alma se renueva,
nada más que con mirarte...
Con el cuerpo y con la mente,
con la piel y con la sangre,
con los labios encendidos,
por el sueño interminable,
de recorrer beso a beso,
por tu Flor hasta el estambre;
sintiendo en cada caricia,
que el firmamento se abre,
sintiendo que me consumo,
el la gloria de adorarte...