Son tus labios como fresas
Salvajes, que devore.
Desde entonces soy esclavo,
Esclavo de tu querer.
Por eso llevó en mi boca
Tu dulce sabor a miel y el salvaje de tus besos que ya nunca olvidare.
Como el árbol reverdece al llegar la primavera igual mi amor envejece
y luego se reverdece cuando te tengo a mi vera.
Como la rama cae cuando el viento va de prisa lo mismo cae mi moral cuando tú no estás
Conmigo y no oigo tu voz y tu risa
Mi ilusión se va, se va, y de nuevo se levanta cuando escucho tu risa, y tengo cerca tu boca para comerla y besarla.
Autor: Joaquín Méndez. Reservado los derechos.
Enero del 2000.