Amarte es buscarte....
con afán e incansablemente
hasta encontrarte...
Amarte es conocerte...
Amarte es llamarte,
es enviarte un mensaje,
es pensarte, es decorar tus fotos
y comentarlos en el Hi5 o en el Facebook.
Amarte es compartir lo
lo mío contigo y lo tuyo conmigo,
o, simplemente, hacer de lo tuyo y de lo mío,
nuestro.
Amarte es acompañarte,
incluso cuando te quejas,
incluso cuando me dices ¡no te quiero!
o cuando me dices ¡vete!
Cuando estás alegre, cuando estás triste,
cuando estás que disparas rayos,
amarte es estar ahí contigo,
aunque sea a distancia,
demostrándote que me importas
en las buenas y en las malas.
Amarte es permanecer a tu lado,
muy cerca de tus ojos,
todos los instantes de mi vida,
¡Incluso cuando no te vea!
Estar en espíritu, con la mente y el corazón.
Amarte es vivir los dos nuestras vidas
y hacer de nuestras historias
una sola de principio hasta el final.
Amarte es dedicarte tiempo,
demostrarte que lo que dices,
haces, piensas e imaginas
son más importantes que mi preocupación.
Amarte es alegrar cada segundo de tu existencia
incluso y a pesar de las penas.
Amarte es perdonarte yo a ti.
Amarte es ayudarte a hacer la comida,
a ordenar la cocina
y no solamente besarte con pasión y sensualidad.
Amarte es cuidarte,
es curarte las heridas
que te hicieron los sinvergüenzas
antes de que mi amor sincero te encontrara.
Amarte es recordarte,
cada vez que la ocupación
me exija o nos exija la cruel
y aunque sea esporádica separación.
Amarte es sufrir,
o porque no te tengo,
o porque no me correspondes,
o porque estás enferma,
o porque simple y sencillamente
te pierdo y te vas de mi vida
para nunca más volver.
Amarte es compadecerte,
es decir, padecer contigo,
haciendo de tus penas, mis penas,
de tus heridas, mis heridas
y, si hasta por ti y contigo, morir,
me muero; al fin y al cabo,
mi vida y mi esencia eres tú.
Amarte es consolarte...
Es aceptarte tal como eres,
no por lo que fuiste ni por lo que serás,
sino como eres aquí y ahora.
Amarte es respetarte...
No pidiendo que me des
lo que no debes darme
sin antes ser tuyo y sin antes ser mía.
Es no darte yo, aunque me pidas
y aunque me sobren ganas,
lo que no debo darte,
mientras nuestras vidas
aún son dos y no una sola.
Amarte es, entre todas, preferirte,
quedarme contigo y solo para ti
y no ser mariposa, saltando de flor en flor.
Amarte es ponerme en tu lugar,
es defenderte y dar la cara por ti.
es decidir juntos, es mandar juntos, es servirnos.
es comprenderte, es hacer yo silencio solemne
para escucharte sin interrumpir.
Amarte es serte leal en tu presencia y en tu ausencia.
Es creerte, es confiar en ti y esperarte,
convencido de que llegarás a mi vida
no cuando yo quiera ni como lo quiero,
sino cuando quieras y como quieras tú.
Amarte es mucho más que corresponderte.
Cuando me des un beso, te daré dos.
Cuando me acaricies, yo te abrazaré.
Cuando padezcas de insomnio,
me pondré de penitencia hacerte dormir,
o, al menos, permanecer despierto junto a ti.
Amarte es contemplarte,
detener el tiempo y hacerlo nuestro,
es admirarte y asombrarme
cada vez que te miro a los ojos.
Amarte es descubrir
que mi vida y su sentido eres tú.
Amarte, en fin, es amarte
hoy y ahora, no mañana.