Abrazos de azúcar y Sal,
Caricias en las heridas aun si curar,
Caminante de verbo fácil es tu mentir,
En mis oídos sedientos de mentiras que creer.
Que tus palabras no interrumpan estos momentos,
Donde se pierde lo cotidiano entre mis pensamientos…
Donde no me olvide la repisa de tus huesos disfrazados,
Y el sabor de tus besos no muera en mis labios descarnados.
Mujer de seda… niña de lluvia,
Que me atrape lo profano en tu compañía,
Vagabundo de tu regazo… siempre de paso,
Como tus gemidos en la noche; Humo del mil colores.
No tengo dueño, no soy de nadie…
Solo tu recuerdo me hace su esclavo,
De momentos guardados en el armario,
Donde te espera mi corazón enamorado.
Abrazos de azúcar y Sal,
Caricias de sábanas en nuestra cama,
Sudor, miradas y lujuria encarnada,
Elixir para evadirse de la cordura.
Caminante de verbo fácil es tu mentir,
En mis oídos sedientos de mentiras que creer.
Humo de mil colores en la ventana,
Etéreo como el momento… como tú y yo.