La noche se aproximaba
Y yo con miedo miraba
Aquel cielo negro que me apagaba
La gente se alejaba
Yo permanecía ahí, inmóvil…
De pronto fúnebres pasos
Agitaron mis sentidos
Y plasmando en cada trazo
Los lugares escondidos.
Y mi cielo se caía
Pedazo a pedazo se me encajaba,
Y en cada herida arrancaba
Las partes de mi alma helada…
Y un olor como de entierro
Le ganaba al viento suave
Y el brillo de un puñal de hierro
Callo el canto de un ave…
¡Oh que noche de sepulcro!
Donde se murió aquel día,
Y todos vestidos de luto,
Y ya el día nos sorprendía…