Acércate, que te cuente un cuento.
De sueños que volaron aunque eran de cemento.
Y te diré; contento,
que hoy a muerto un sentimiento,
que ya ha sido incinerado
y sus cenizas se las ha tragao el lavabo.
Que por tuberías fluye ahora mi pena,
y vuelve a ser sangre lo que corre por mis venas.
Y que tu verías, si miraras sin prisa,
que mi corazón era poeta y arquitecto,
que con tan solo unas sonrisas
te trazaba monumentos.
Pero creo que algo falla, ¿qué ha pasado?
¿Qué tus pestañas ya no son metralla de tus miradas?
¿Ya has pensado que decir cuando muera?
O mejor aún, cuando vuelva a nacer, pero al revés,
con lo de dentro afuera, con sueños en vela
bordándote versos en tela, mientras yo duermo.
Y mirarte y pensar,
-Que buenos momentos...-
Sin nada más, sin quejidos,
ni llantos, ni segundos cantos,
sin peros;solo eso y nada más,
sin tener que reclamar cláusuras irreales,
solo nada, solo todo; solo, tu amistad.