¿Miedo?, no deberíamos tenerle a las profecías de nuestros antepasados, ni mucho menos a las predicciones emergentes de nuestros contemporáneos.
¿Miedo?, no deberíamos de tenerle a los enfrentamientos bélicos, ni a la a la escasez de agua, ni al hambre, suena a burla si le temes al desaire.
El verdadero miedo, el verdadero terror debería de ser para nuestra indiferencia. Esa indiferencia deplorable que surge de la mitigante falacia que asegura que: “PARA NUESTRA DECADENCIA FALTA MUCHO TIEMPO”…
No es necesario mirar más lejos, si ahora, ya no hay otoño absoluto ni primavera completa, ahora, ambos comparten estaciones, se vinculan y surge de eso la incertidumbre de tiempo. Ahora, hasta el sol es extremista y algunas veces, egoísta.
Ahora, hasta el mar tiene hambre, si te descuidas te traga. Ahora, hasta en dormir hay recelo, siente como vibra tu cama.
Hoy, nuestro hogar se manifiesta inverosímil e imponente, retornando hacia nosotros nuestro propio chocolate…
No es necesario mirar más lejos, es pertinente con mirarse al espejo