Entrevista a Ajo Micropoetisa

Ajo Micropoetisa es menuda pero tiene un alto ego. Le gusta hacer reír y sabe cómo hacerlo cuando está en casa, con un público que la sigue y la adora. En la intimidad de una entrevista su personalidad no es tan diferente. Habla rápido, como pisándose los talones y buscando más formas de decir lo mismo. Parece que va a decirte adiós en cada frase, pero se queda. Como cuando recita en el escenario te mira con sus ojos instigadores y te asegura que no le interesan las academias, sólo el arte. El pasado jueves, estuve en la presentación de su espectáculo en el Festival Irreconciliables Poesía y al terminar le robé un ratito. Aquí va la microentrevista para la micropoetisa.

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P—Me preguntaba por qué escoges poetisa y no poeta.

R—Porque queda mejor con micro. Porque yo si me quito micro soy poeta pero si me pongo micro así como hice hoy me pongo poetisa, porque me parece una palabra mucho más bonita. Ya sé que la palabra estaba en desuso desde principios de siglo XX por cuestiones feministas. Yo soy feminista, por lo cual quiero decir contemplo que las razones por las cuales desestimaron para diferenciarla de poeta, de la misma forma que se diferenció tenista de raquetista, para que pareciera menos. Pero bueno, en mi caso es una cosa distinta. Yo lo que no quiero es entrar en rollos académicos ni que los notarios de la poesía me vengan a enmendar la plana; yo por eso ya me hago mucho más pequeña para tener un sitio propio y que me dejen en paz. Porque yo vengo más del rock que de la literatura, aunque yo soy una lectora y la literatura es una de las cosas que me han configurado como persona, pero en realidad mi espíritu es más del rock y del cabaret y todo eso.

P—¿Qué referencias tienes? ¿A la hora de crear, en quién te inspiras?

R—Pues en cosas que me gustan. Me gusta el rock. Me gusta Gloria Fuertes, me gusta Sylvia Plath, Clarice Linspector, TS Elliot; todas las cosas que leo me acaban influyendo.

P—¿Te consideras una lectora heterogénea?

R—Sí. Leo lo que me interesa. Yo no leo como académica, sino para nutrirme de las cosas sobre las que tengo curiosidad. Y por eso son muy dispares, y a veces van en una dirección y a veces van en otra, pero finalmente configuran quien yo soy. Yo no soy una estudiosa.

P—¿Y la poesía cómo te llegó?

R—Yo me dedicaba a la música y escribía las letras de mis canciones. Pero ya leía y todo lo que leía me acaba influyendo. Y leía mucho a TS Elliot, a Sylvia Plath, Alejandra Pizarnik, Marina Tsvetáyeva…, y todo lo que leía acababa en mis canciones.

P—¿Qué te apasiona más: el espectáculo en vivo o la escritura en sí?

R—A mí lo que más me gusta es estar en un escenario, sí, con alguien como Luz. Nos hemos visto hoy después de cinco años, no tenemos ninguna relación, y pudimos improvisar todo. Nos subimos al escenario y construimos esto, ahí a golpe de presente y eso es muy ¡aaahhh! te da mucha energía, tienes que estar muy alerta.

P—¿Estás trabajando en algún otro proyecto aparte de las presentaciones?

R—Bueno, yo sigo escribiendo, sigo haciendo microshows cada vez con más músicos, y sigo trabajando. No tengo ningún proyecto llamativo, salvo que acabo de sacar un libro que se llama «La perrina y yo» con Espasa, y toca ahora pues, defenderlo como pueda.