Todo lo que escribió saramago es genial. La pulcritud del discurso, el detenimiento sobre las reflexiones, la sabiduría de los años. Como dijo halperín, creo, en el prólogo de "soy un comunista hormonal" (sic): sus novelas están dotadas de un narrador socrático. Pues bien, el narrador socrático es el anciano que habla por detrás, es la mente y la mano escritural que deja abierta la puerta para que dejen pasar las palabras que se interponen en la narración de contar, las palabras subyacentes, etc.
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Todo lo que escribió saramago es genial. La pulcritud del discurso, el detenimiento sobre las reflexiones, la sabiduría de los años. Como dijo halperín, creo, en el prólogo de "soy un comunista hormonal" (sic): sus novelas están dotadas de un narrador socrático. Pues bien, el narrador socrático es el anciano que habla por detrás, es la mente y la mano escritural que deja abierta la puerta para que dejen pasar las palabras que se interponen en la narración de contar, las palabras subyacentes, etc.