Editorial: Koaquín Mortiz Año de edición: 2006 Año leído: 1992 Idioma: Castellano Páginas: 156 Precio: 16 dólares Calificación: 10
Digo que no puede decirse el amor. El amor se come como un pan, se muerde como un labio, se bebe como un manantial. La obra de Jaime Sabines representa, dentro de la poesía mexicana contemporánea, una isla que se vincula con la realidad a través de puentes inexorables: la muerte, la inquietud social, la angustia por la existencia, la presencia o la ausencia de Dios y, fundamentalmente, el amor. "El amor es en Sabines no sólo un sentimiento sino también una herramienta", escribe Mario Benedetti en el prólogo de esta antología, "es su clave personal para comunicarse no sólo con la mujer sino con el mundo". Igualmente cercanos al erotismo que a la inocencia, libres de todo artificio y de todo exceso, los poemas de Sabines se alejan de los estereotipos, están llenos de carne y aire, poseen la dosis exacta de magia y realismo, y conmueven gracias a una naturalidad instintiva y desgarradora. Me dueles. / Mansamente, insoportablemente, me dueles. / Toma mi cabeza, córtame el cuello. / Nada queda de mí después de este amor. Esta claridad de expresión y esta cercanía que a veces ha desorientado a la crítica convirtieron a Sabines en el poeta preferido
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Año de edición: 2006
Año leído: 1992
Idioma: Castellano
Páginas: 156
Precio: 16 dólares
Calificación: 10
Digo que no puede decirse el amor. El amor se come como un pan, se muerde como un labio, se bebe como un manantial. La obra de Jaime Sabines representa, dentro de la poesía mexicana contemporánea, una isla que se vincula con la realidad a través de puentes inexorables: la muerte, la inquietud social, la angustia por la existencia, la presencia o la ausencia de Dios y, fundamentalmente, el amor. "El amor es en Sabines no sólo un sentimiento sino también una herramienta", escribe Mario Benedetti en el prólogo de esta antología, "es su clave personal para comunicarse no sólo con la mujer sino con el mundo". Igualmente cercanos al erotismo que a la inocencia, libres de todo artificio y de todo exceso, los poemas de Sabines se alejan de los estereotipos, están llenos de carne y aire, poseen la dosis exacta de magia y realismo, y conmueven gracias a una naturalidad instintiva y desgarradora. Me dueles. / Mansamente, insoportablemente, me dueles. / Toma mi cabeza, córtame el cuello. / Nada queda de mí después de este amor. Esta claridad de expresión y esta cercanía que a veces ha desorientado a la crítica convirtieron a Sabines en el poeta preferido