Editorial: Poesía (Poetas organizados en un Espacio Social y Artístico) Año de edición: 2013 Año leído: 2014 Idioma: Castellano Páginas: 42 Precio: 10 dólares
Un Quijote en Los Ángeles, de Mauricio Campos es una obra que, al parecer, ha sido integrada por elementos de otras obras anteriores. Decimos esto debido a que está formada por veinte poemas y dos relatos, pero con una característica sui generis: Los poemas están marcados con números romanos que, al llegar a XVI la numeración salta al poema XXVIII. Es decir, quedan abandonados en el camino unos diez poemas. Indudablemente que el autor podría explicar las razones. A nosotros, simples lectores, la primera hipótesis que podemos formular es la de la antología. Por razones personales, solo nos acercaremos críticamente a la poesía. Y es que La poesía de Mauricio Campos, posee, según nuestra ótica y fundamentalmente, un cierto carácter reflexivo. Una poesía para que pensemos en el destino. “No importa / el camino que tomes / tu sombra irá tras de tí “(sic) . Igualmente sobre la soledad existencial. “Tarde o temprano / los poetas se quedan solos / (...) / los amigos de infancia / se han marchado” . Aquí se rezuma ese tipo de soledad que golpea tanto a los grandes como a los pequeños: la soledad dentro de un mundo bullicioso. De la misma manera, como siempre sucede en la lírica, la meditación sobre sí mismo. “he esperado / que llegaras. / Te he buscado en la caída de una hoja”. Es la manifestación del hombre como ser gregario, expresada aquí a través de la palabra poética, para complacer o complacerse con la connotación del hecho. Algunas veces, la lectura de la obra nos produjo cierto ruido. Empleamos la palabra ruido con la significación de interferencia, que posee dentro de la lingüística. Tal interferencia ha tenido su aparición en la presencia de ciertos lugares comunes que, aunque pocos, dejan cierta huella negativa, porque no ayudan al embellecimiento del discurso lírico. En nuestro caso, nos encontramos con las expresiones “pajaritos preñados”, fuera de serie”, “para salir del paso”, “puta madre”. Los lugares comunes son muchas veces el producto de tropos socializados, cuyo uso indiscriminado los ha hecho inconvenientes.
Ahora bien, más allá de la observación anterior, el poemario conserva cierta diafanidad que lo hace aprehensible por un lector exigente. En el poema IV, por ejemplo, frente a la angustia existencial presente en la forma del contenido, el autor es capaz de clausurar la idea, en la forma de la expresión, con una extraordinaria anáfora total: “ ¿Hacia dónde ir ahora? / ¿Hacia dónde ir ahora? / ¿Hacia dónde ir ahora?”. Igualmente, en el poema VI nos topamos con el elogio a la mujer americana, entendida en toda la extensión de la palabra ‘americana’. Tal elogio está en el sincretismo de un conjunto sociocultural ya conocido y hoy defendido. Y qué no decir del excelente poema VII, en donde encontramos una concepción del amor como combate, que ya desde el inicio: ”Abres tu boca / y brotan mil estrellas”, para continuar con el momento más frenético, expresado en las estrofas cuatro y cinco. Al final del combate, vence el hombre, pero también es vencido por la “ardorosa llama” de la mujer. No deja de ser interesante, de igual modo, el poema XVI, en el cual se puede observar un caso de metaliteratura individual. Sabemos que la metaliteratura es la literatura que habla sobre la literatura. En este caso, nosotros la llamamos individual, debido a que el autor es el sujeto tanto de la praxis como de la teoría de sus cuentos. Recomendamos la lectura de este interesante trabajo.
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Año de edición: 2013
Año leído: 2014
Idioma: Castellano
Páginas: 42
Precio: 10 dólares
Un Quijote en Los Ángeles, de Mauricio Campos es una obra que, al parecer, ha sido integrada por elementos de otras obras anteriores. Decimos esto debido a que está formada por veinte poemas y dos relatos, pero con una característica sui generis: Los poemas están marcados con números romanos que, al llegar a XVI la numeración salta al poema XXVIII. Es decir, quedan abandonados en el camino unos diez poemas. Indudablemente que el autor podría explicar las razones. A nosotros, simples lectores, la primera hipótesis que podemos formular es la de la antología. Por razones personales, solo nos acercaremos críticamente a la poesía. Y es que La poesía de Mauricio Campos, posee, según nuestra ótica y fundamentalmente, un cierto carácter reflexivo. Una poesía para que pensemos en el destino. “No importa / el camino que tomes / tu sombra irá tras de tí “(sic) . Igualmente sobre la soledad existencial. “Tarde o temprano / los poetas se quedan solos / (...) / los amigos de infancia / se han marchado” . Aquí se rezuma ese tipo de soledad que golpea tanto a los grandes como a los pequeños: la soledad dentro de un mundo bullicioso. De la misma manera, como siempre sucede en la lírica, la meditación sobre sí mismo. “he esperado / que llegaras. / Te he buscado en la caída de una hoja”. Es la manifestación del hombre como ser gregario, expresada aquí a través de la palabra poética, para complacer o complacerse con la connotación del hecho. Algunas veces, la lectura de la obra nos produjo cierto ruido. Empleamos la palabra ruido con la significación de interferencia, que posee dentro de la lingüística. Tal interferencia ha tenido su aparición en la presencia de ciertos lugares comunes que, aunque pocos, dejan cierta huella negativa, porque no ayudan al embellecimiento del discurso lírico. En nuestro caso, nos encontramos con las expresiones “pajaritos preñados”, fuera de serie”, “para salir del paso”, “puta madre”. Los lugares comunes son muchas veces el producto de tropos socializados, cuyo uso indiscriminado los ha hecho inconvenientes.
Ahora bien, más allá de la observación anterior, el poemario conserva cierta diafanidad que lo hace aprehensible por un lector exigente. En el poema IV, por ejemplo, frente a la angustia existencial presente en la forma del contenido, el autor es capaz de clausurar la idea, en la forma de la expresión, con una extraordinaria anáfora total: “ ¿Hacia dónde ir ahora? / ¿Hacia dónde ir ahora? / ¿Hacia dónde ir ahora?”. Igualmente, en el poema VI nos topamos con el elogio a la mujer americana, entendida en toda la extensión de la palabra ‘americana’. Tal elogio está en el sincretismo de un conjunto sociocultural ya conocido y hoy defendido. Y qué no decir del excelente poema VII, en donde encontramos una concepción del amor como combate, que ya desde el inicio: ”Abres tu boca / y brotan mil estrellas”, para continuar con el momento más frenético, expresado en las estrofas cuatro y cinco. Al final del combate, vence el hombre, pero también es vencido por la “ardorosa llama” de la mujer. No deja de ser interesante, de igual modo, el poema XVI, en el cual se puede observar un caso de metaliteratura individual. Sabemos que la metaliteratura es la literatura que habla sobre la literatura. En este caso, nosotros la llamamos individual, debido a que el autor es el sujeto tanto de la praxis como de la teoría de sus cuentos. Recomendamos la lectura de este interesante trabajo.