Una guerra, por ser sinónimo de enfrentamiento, pelea y muerte, nunca puede ser el disparador de ideas agradables, pero en su desarrollo sí pueden ocurrir situaciones vinculadas a la nobleza, la solidaridad e, incluso, al amor.
En relación a la Primera Guerra Mundial, por ejemplo, se ha escrito mucho. Más allá de los textos de carácter informativo que se elaboraron para documentar una época, hubo quienes utilizaron ese episodio como base para narraciones ficticias. Algunos, como en el caso de Ernest Hemingway, hasta pudieron rescatar historias conmovedoras de perfil romántico.
En «Adiós a las armas», una novela que apareció en 1929 cuyo título está inspirado en un verso del poeta George Peele, el autor comparte con los lectores detalles del vínculo que llegan a establecer, en la Italia de la Primera Guerra Mundial, un soldado (Frederick Henry) y una enfermera llamada Catherine Barkley.
Como podrá advertir más de un experto en literatura que conozca la vida de Hemingway, este libro posee un fuerte perfil autobiográfico ya que el también creador de obras como «París era una fiesta» y «El viejo y el mar», por citar sólo algunas, vivió una experiencia similar a la que se narra en esta propuesta donde, además de referencias románticas, hay espacio para la acción, el drama, la pasión y la tragedia.
Durante la Primera Guerra Mundial, el novelista fue conductor de ambulancias de la Cruz Roja y, en 1918, terminó herido de gravedad tras un ataque de la artillería austríaca. Tiempo después, mientras se recuperaba en un hospital de Milán, Ernest se enamoró de Agnes von Kurowsky, una enfermera que no correspondió su amor.
De «Adiós a las armas» se han hecho diversas adaptaciones cinematográficas pero, si existen posibilidades de conocer la historia a través de su formato original, no duden en dejarse atrapar por las páginas de ese libro que, por las características de su trama, es capaz de impresionar a cientos de lectores.
Comentarios2
Bueno, no he leído este libro pero vi la película y el contenido me resulto fabuloso. Creo que a pesar del tiempo lo voy a encontrar para leerlo. Además, para leer a Ernest Hemingway, autor de "El viejo y el mar", siempre es temprano.
Yo leí este libro hace mucho tiempo, pero mucho tiempo. con este resumen refrescaré lo leído.
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